Cuando se trata de mantener el agua limpia, clara y segura, elegir un buen sistema de desinfección es clave. En piscinas, las dos opciones más habituales son el cloro tradicional y la cloración salina. Ambas funcionan, pero no son iguales. Cada una tiene sus ventajas, sus costes y su forma de mantenimiento.

¿No sabes cuál elegir? Tranquilo: en este artículo te explicamos sus diferencias y te ayudamos a decidir cuál te conviene más según el uso que le das a tu piscina.

Cloro tradicional: eficacia conocida, control manual

El cloro es el método más utilizado para desinfectar el agua. Se presenta en distintos formatos (pastillas, grano, líquido o multifunción) y actúa eliminando bacterias, virus, algas y otros microorganismos.

Es un sistema económico, fácil de encontrar y muy eficaz. Eso sí, necesita cierto control por tu parte: deberás medir el pH y los niveles de cloro con regularidad para que todo funcione correctamente.

Ventajas del cloro:

  • Coste inicial muy bajo.
  • Formatos adaptados a todo tipo de piscinas.
  • Perfecto para tratamientos de choque.
  • Control total sobre la dosificación.

Cloración salina: desinfección automática, agua más suave

La cloración salina genera cloro de forma natural a partir de sal disuelta en el agua. Un equipo llamado clorador salino convierte esa sal en hipoclorito sódico (cloro) mediante electrólisis. Es decir, sigues desinfectando con cloro, pero no tienes que añadirlo tú.

Este sistema resulta más cómodo y estable, y reduce la necesidad de añadir productos químicos de forma frecuente. Además, el agua suele ser más agradable al tacto y menos agresiva para los ojos o la piel.

Ventajas de la cloración salina:

  • Desinfección continua y automatizada.
  • Menos olores y menos irritación.
  • Menor uso de productos adicionales.
  • Más comodidad a largo plazo.

¿Cuál es mejor para tu caso?

Ambas opciones son eficaces. La elección depende sobre todo del tipo de piscina que tengas, la frecuencia de uso y el tiempo que puedes (o quieres) dedicar al mantenimiento.

Elige cloro tradicional si:

  • Quieres un sistema económico desde el inicio.
  • Te sientes cómodo midiendo niveles y ajustando productos.
  • Solo usas la piscina en verano o de forma esporádica.

Elige cloración salina si:

  • Usas la piscina con frecuencia (diaria o durante meses).
  • Buscas un sistema más cómodo y estable.
  • Prefieres agua más suave para piel y ojos.
  • Estás dispuesto a invertir en el clorador salino (costo inicial más alto).

¿Y en cuanto al mantenimiento?

Ningún sistema es 100% libre de mantenimiento.
Con cloro tendrás que revisar el pH y reponer producto regularmente.
Con sal, deberás vigilar el nivel de sal, revisar el equipo y controlar el pH, que tiende a subir con este sistema.

En ambos casos, una buena filtración y el equilibrio químico del agua son igual de importantes.

No existe un sistema mejor para todos, sino uno más adecuado según tu rutina, tipo de piscina y preferencias. En Suquiba te ayudamos a elegir con criterio, explicándote cómo funciona cada opción y ofreciéndote productos de calidad, ya sea cloro o sal para cloradores.